¿Os imaginais una cofradía saliendo por esa puerta?. Pues pudo haber sido. El Pabellón Domecq de la Exposición Iberoamericana de 1929 estuvo a punto de transformarse en el templo de la Hermandad de la Paz. El edificio es obra de Aurelio Gómez Millán, fue sede del Instituto de Meteorología y actualmente acoge Juventudes Musicales.
Ahora que estamos en bocas que no conocen mucho de lo que dicen, podríamos recordar que la Hermandad de la Paz, en contra de lo que dicen los "libros de cofradías" y las semblanzas históricas de los programas de Semana Santa, no fue fundada por excombatientes, fue fundada por un grupo de jóvenes cofrades que cumplían el servicio militar en la farmacia militar del cuartel de la Avda. de la Borbolla. Ninguno de ellos había estado en el frente. Allí soñaron una cofradía pasando por el Parque y lo hicieron realidad, después vino el vínculo con el estamento militar;. Nuestras advocaciones, que tanto se vinculan con el significado del final de la guerra, no iban a ser las que conocemos. El Señor fue nombrado de la Victoria desde un primer momento, pero la Virgen iba a ser llamada "de la Aflicción", el Espíritu iluminó a aquellos jóvenes y decidieron cambiarlo por un nombre tan bello, tan a propósito en aquel momento como hoy, eligieron el de María Santísima de la Paz. Fue todo mucho más simple que una "inspiración postbélica".
De aquellos jóvenes Manolo Robles, que era vecino del barrio, fue el que permaneció más initmamente ligado a la Hermandad hasta su muerte hace unos años; cuando salía el tema, con sorna decía "¿Excombatientes?, gracias a Dios ninguno dio un tiro en su vida".
En aquellos primeros momentos el Pabellón fue ofrecido para que la Hermandad lo transformase en Capilla y tuviera su sede allí, pero peso más la calidez de la parroquia y la presencia en el interior del barrio. Desde luego habría sido bellísimo pero... Lo que pudo haber sido y no fue.