Cuando poco antes de la una del mediodía del Domingo de Ramos los goznes de la puerta de la Parroquia de San Sebastián den paso a la ilusión de la ciudad, todo la belleza y la luz se mostrará ante nuestros ojos como por arte de magia. La hilera de nazarenos blancos irá marcando la senda que da respuesta a la espera, que llena de gozo y colma la impaciencia de los que aguardaban lo conocido, lo deseado.
Pero no será por arte magia por lo que La Paz se presente a su barrio, cuando abra de cuajo la calle Río de la Plata habrán sido muchas manos las que hayan dado forma a la cofradía más esperada. Vaya este pequeño reconocimiento a todos aquellos que hacen realidad el milagro que cada Domingo de Ramos se hace presente en las calles de El Porvenir.
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