martes, julio 18, 2006

Buganvillas y hasta septiembre

Con este texto de Antonio Burgos titulado "Crónica de Buganvillas", en el que habla de El Porvenir y esta fotografía de la salida de nuestro Cristo del año 1943 (cita http://www.ctv.es/USERS/m_perez/foto3.htm) cerramos la temporada del blog hasta septiembre. Espero que hayais disfrutado con lo que estamos haciendo. Regresaremos continuando la línea iniciada y trataremos de incluir alguna novedad.
Buen verano a todos.
Crónica de Buganvillas
Os he visto, con la luz del largo atardecer de este junio tan caluroso que está como barruntando las primeras lluvias de las lágrimas de San Pedro. Os he visto, asombro de jardines, sorpresa de esquinas, tiempo detenido, corno os vi muchas tardes por esos otros barrios desde donde se oyen las campanadas del reloj de la torre de San Lorenzo, allá por los naranjos del compás de Santa Clara, allá por la Casa de los Bucarellis, allá por el Husillo Real, allá por las calurosas calles donde la ciudad se abre a la cegadora luz del río, con un recuerdo de fundiciones de Balbontín, de torres de perdigones de los plomos de Figueroa y de chimeneas de la fábrica de tornillos hechas a la medida de una murga de Escalera en la Alameda de chaquetas blancas y copitas de aguardiente de pasas.
Os he visto, humildes buganvillas sevillanas, no dentro de las murallas, no junto a espadañas gloriosas y torres triunfales, no junto a palacios y a conventos, no surgiendo al pie de la torre que pregona su humildad diciendo en latines que la más fuerte de todas es el nombre del Señor, aunque acto seguido se arrepienta de esa humildad, citando en su soberbia al Libro de los Proverbios. Vuestro mérito, humildes buganvillas sevillanas, es que me habéis emocionado cuando os he visto en el barrio del Porvenir, gloria de los chalés, paraíso de los arriates, con un viejo sabor de tranvías y de niñas del colegio de Santa Elena, de la casa del doctor Urra y del primer año que salió La Paz, de la botica de don Amando y del mostrador montañés de Palacios, de las boinas rojas que iban a Estoril desde casa de Pepe Acedo, de recuerdos de mítines en el Frontón Betis, o de perdidas melodías que nuestra juventud aún está buscando entre medias combinaciones y tardes de baile por el Betis Tenis Club.
Estabais, buganvillas del Porvenir, con mayor prestancia si cabe que cuando os encontré trepando por las tapias de los conventos, poniendo carmesí como un viejo pendón de Castilla la blanca cal de un corral con recuerdos de un conde. Estabais allí, humildes buganvillas sevillanas del barrio del Porvenir, emulando un desafío de colores, a cuál más roja, a cuál más intensa, a cuál más granate, a cuál más morada, a cuál más brillante. Y os puse, con la luz del largo atardecer de este junio que no acaba de llorar lágrimas de San Pedro, junto a todo lo que de Sevilla encontramos por los mares. Tiene San Fernando una bola del mundo en la mano y ahora que os miro, buganvillas del Porvenir, veo las flores que en esa bola el Santo Rey nos trajo del orbe para que Sevilla fuera más Sevilla: los naranjos de la China que a incienso nos huelen cuando florecen; los jazmines de Persia para que amemos a una mujer en una moña en estas noches del verano; los magnolios de Nueva Orleáns que junto al atardecer en la Catedral pusieron, ruiseñor en la piedra, como un homenaje a Cernuda; los nardos tropicales que estallan como fuegos artificiales en honor de una Virgen de agosto; las virreinales, azules, jacarandas; las blancas acacias que de América vinieron, como de Australia llegaron las amarillas que alfombraron estos días las aceras de la calle San Jacinto. Todas las flores de todo el mundo las hizo suyas Sevilla, como os hizo a vosotras, humildes buganvillas de las tapias. Quizá os lo enseñara, en la sentina del barco en que viajabais, el Conde de Bougainville, cuando os traía; quizá lo aprendierais al juntaos con nardos y azahares, magnolios y jazmines en la bola del mundo de San Fernando. El caso es que vuestras colores, tan valientes y africanas en Marbella, son aquí en Sevilla tan humildes y clásicas que no se atreven a pasar del morado de la túnica del Valle al rojo de nuestra bandera, blanca y colorá.

2 comentarios:

eres_mi_cruz dijo...

No sé porqué, pero me he acordado de un cartel histórico que ponían en una carnicería de la c/Salado, que decía exactamente: "ESTOI EN ROTA REMOJANDOME LAS PELOTAS CERRADO POR VACIONES"... lo suyo es pluma fina evidentemente.

Anónimo dijo...

Creo que esta fotografía está tomada en la esquina de Brasil con Santa Rosa, mirando en dirección hacia la puerta del jardín de la parroquia.
Da pena mirar a la derecha de la fotografía.
¡Puta piqueta!