martes, julio 22, 2008

Un poema y hasta septiembre


Como la época viene marcada por el sol y el calor dejemos aquí el recuerdo de la calle Montevideo una tarde de invierno cerrada en agua.

PORVENIR

Te llaman porvenir
porque no vienes nunca.
Te llaman porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.
...Mañana!
Y mañana será otro día tranquilo,
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.

Ángel González (Oviedo 1922-Madrid 2008)

El texto me lo envió Maese Robles (http://www.canalrancioblog.blogspot.com/) con un comentario sobre el recuerdo del barrio que inspira el poema.

lunes, julio 14, 2008

Torero de San Bernardo y de El Porvenir


Hace 60 y 3 días, el 11 de julio de 1948, debutaba con picadores en Ciudad Real un novillero del barrio de San Bernardo llamado Manuel Vázquez Garcés, "Manolo Vázquez" en los carteles.

Más allá de haber nacido en el barrio de los toreros, donde una calle lleva su nombre, Manolo Vázquez vivió muchos años, hasta su fallecimiento en agosto de 2005, en el barrio de El Porvenir. Tomó la alternativa en 1950 de manos de su hermano Pepe Luis, pero fue en su regreso a los ruedos en 1981 cuando cosechó los mayores éxitos, hasta su despedida el 12 de octubre de 1983 en un mano a mano on Antoñete (yo estuve allí).

Su casa, en una de las pequeñas calles del barrio, tiene algún detalle con reminiscencias maestrantes, propios de quien vivió en ella.

domingo, julio 06, 2008

Misioneros de África, los Padres Blancos


Hablar en Sevilla de los Padres Blancos presupone directamente pensar en el colegio de Los Remedios, lo cual, hablando de El Porvenir, llevaría a pensar en años de rivalidad en el balonmano con los equipos del Alfonso X.

Pero no, hay otros Padres Blancos, los misioneros de África fundados a finales del XIX por el cardenal Lavigerie. Estos misioneros tienen su casa en Sevilla, desde hace muchos años, en la calle Montevideo. Recuerdo los muchísimos años, hasta su muerte, que se llevo allí el padre Luis; en la casa vendía artesanía africana, tamtanes, figuritasa de maderas lustrosas, pequeñas piezas de marfil,... y el sumun para los niños que eran los banderines de los países africanos plenos de colorines. Recuerdo los países ya inexistentes de los que tenía la pequeña banderita triangular: Alto Volta, Congo Belga, Rhodesia,...

Allí sigue su modesta casa y desde allí siguen dando testimonio de su misión.