En el día en que la Virgen de la Paz ha recorrido las calles del barrio en un mañana fría y húmeda, traigo al blog un futuro inmediato muy deseado en la Hermandad. Un calle para el Señor de la Victoria.
Siempre he sido absolutamente contrario, no reacio, si no absolutamente intransigente con los cambios innecesarios de los nombres de las calles; de hecho en el seno de la Hermandad me he opuesto siempre a intentar cambiar alguno de los nombres históricos de las calles del barrio por los de nuestro Titular.
La calle Virgen de la Paz se rotuló modificando hace muchos años la calle La Paz, y hasta ahí no me dan los años, pero nunca me gustó la idea de cambiar alguno de los románticos nombres de nuestro callejero, cuya simbología histórica es indudable y nada caprichosa.
Sin embargo, siempre albergué la esperanza de que en algún momento hubiera la posibilidad de ver nacer la calle Nuestro Padre Jesús de la Victoria. Parece que ese momento puede estar cerca.
Entre San Salvador y Felipe II.
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