lunes, marzo 12, 2007

Cuarta semana de Cuaresma


En el escudo de piedra San Fernando está sentado.
Allí desde el siglo trece a la Paz está esperando,
con Leandro e Isidoro, que también son abonados.
Sacan juntos estas sillas hace ya un porrón de años.
El Santo Rey, como saben, es tan buen aficionado
que la espada en estos días está en lugar de descanso
y en sus manos, Er Pograma, horarios e itinerarios.
Sabe, por tanto, que pronto vendrán nazarenos blancos
y en cuanto suenen cornetas, va y le dice a San Leandro:
"Leandro, la mejor yema es ver andando a ese palio,
malla de plata y la gente que manda Antonio Santiago..."
Como iba El Porvenir, de bien están comentando...
El Cid cabalga de nuevo a lomos de su caballo
y aunque poco esaborío, que saben que es catellano,
nada le gusta en el mundo más que la Paz regresando,
con dos torres por ciriales y una corneta tocando.

Del libro Memorias de la Vieja Dama (A.Burgos, 2007), art. "Piedras y bronces viendo cofradías"

5 comentarios:

el aguaó dijo...

El señor Burgos siempre tan acertado. ¡Que poco queda para que se abran las puertas de la Parroquia de San Sebastián!.

¿Se estarán acabando ya las vísperas y apenas nos estamos dando cuenta?

Saludos.

Reyes dijo...

¿NO te entra una nostalgia extraña cuando llega el Domingo de Ramos?
Posiblemente me esté volviendo loca...

el aguaó dijo...

A mi me pasa cuando entra la Amargura, querida Dama, es una sensación agridulce. Quizás por ser el principio del fin, o tal vez porque, como bien dices, posiblemente nos volvamos locos.

Saludos.

eres_mi_cruz dijo...

Pero de la altura del bordillo del arco no dice nada el señor Burgos... qué pena porque la cosa tiene miga pa escarvá.

Un abrazo, futurible de Fiestas Mayores...
y hablando de miga ¿no está a tiempo todavía de que le den Urbanismo?

Enrique Henares dijo...

La verdad es que la Cuaresma se escapa de nuestras manos quedando la sensación de que siempre se pudo disfrutar más lo que no volverá hasta el año próximo...