Mañana me levantaré temprano e inquieto. Mañana me faltará tiempo cuando plante los pies en el suelo para buscar una ventana a la que asomarme esperando un cielo azul. Mañana los nervios recorrerán mi casa con cara de niños impacientes. Mañana las horas comenzarán a correr raudas y no habrá tregua a la nostalgia. Mañana tendré un desayuno imposible porque la cercanía de lo inmediato se habrá hecho fuerte en mi estómago. Mañana las túnicas colgadas y los antifaces ya armados con el cartón no tendrán más espera para reflejar la luz del mediodía. Mañana vestiré ilusionado esa túnica blanca y saldré con mis hijos buscando el camino más corto.
Mañana una cruz alzada se recortará en el aire de la calle Río de la Plata ante una ovación ilusionada. Mañana clarines y timbales irán anunciando la primera cruz de guía en la calle camino del Parque. Mañana hileras de nazarenos blancos saldrán desde El Porvenir a la conquista de la ciudad que estrena Semana Santa. Mañana Victoria de Cristo que me acompañas siempre te mostrarás a Sevilla desde la penumbra del templo. Mañana todo serán emociones. Mañana a un nazareno de la Paz se le quebrará el alma en una cama del Virgen Macarena cuando presienta que los primero rayos del sol iluminan tu rostro, su corazón, que tantos sustos nos ha dado, latirá desconsolado por no poder acompañarte. Mañana mis ojos serán los suyos y mis lágrimas serán sus lágrimas cuando tu silueta se dibuje en el contraluz del medio punto.
Mañana dos altas torres darán escolta en su despedida a la cofradía del barrio. Mañana la luz de la primavera se filtrará a través de la malla de plata para reflejarse en el blanco manto de la Virgen de la Paz. Mañana varales de plata a merced de costaleros se mecerán a los compases de la marcha que soñara Pedro Morales. Mañana la Paz inundará poco a poco Sevilla.
Mañana un arco de piedra se abrirá en El Arenal a nuestro paso. Mañana San Fernando en el caballo se alzará sobre los estribos para ver venir la primera cofradía cuando asomemos por la calle Barcelona. Mañana Sevilla entera volverá a recordar la belleza del palio que una lejana cofradía de barrio trae desde el otro lado del Parque hasta los pies de la Giralda. Mañana centenarios árboles cobijarán a la Paz de la noche cuando vuelva hasta la Plaza de España. Mañana de vuelta al Porvenir la noche se hará más oscura cuando la cofradía se adentre por las calles Brasil y Progreso. Mañana una saeta llorará al aire la pena de la cruz con que te cargaron. Mañana regresaremos despacio pisando las calles que la mañana nos brindó estrenando la verdadera primavera. Mañana cuando nos demos cuenta todo habrá pasado. Mañana es Domingo de Ramos.
Mañana una cruz alzada se recortará en el aire de la calle Río de la Plata ante una ovación ilusionada. Mañana clarines y timbales irán anunciando la primera cruz de guía en la calle camino del Parque. Mañana hileras de nazarenos blancos saldrán desde El Porvenir a la conquista de la ciudad que estrena Semana Santa. Mañana Victoria de Cristo que me acompañas siempre te mostrarás a Sevilla desde la penumbra del templo. Mañana todo serán emociones. Mañana a un nazareno de la Paz se le quebrará el alma en una cama del Virgen Macarena cuando presienta que los primero rayos del sol iluminan tu rostro, su corazón, que tantos sustos nos ha dado, latirá desconsolado por no poder acompañarte. Mañana mis ojos serán los suyos y mis lágrimas serán sus lágrimas cuando tu silueta se dibuje en el contraluz del medio punto.
Mañana dos altas torres darán escolta en su despedida a la cofradía del barrio. Mañana la luz de la primavera se filtrará a través de la malla de plata para reflejarse en el blanco manto de la Virgen de la Paz. Mañana varales de plata a merced de costaleros se mecerán a los compases de la marcha que soñara Pedro Morales. Mañana la Paz inundará poco a poco Sevilla.
Mañana un arco de piedra se abrirá en El Arenal a nuestro paso. Mañana San Fernando en el caballo se alzará sobre los estribos para ver venir la primera cofradía cuando asomemos por la calle Barcelona. Mañana Sevilla entera volverá a recordar la belleza del palio que una lejana cofradía de barrio trae desde el otro lado del Parque hasta los pies de la Giralda. Mañana centenarios árboles cobijarán a la Paz de la noche cuando vuelva hasta la Plaza de España. Mañana de vuelta al Porvenir la noche se hará más oscura cuando la cofradía se adentre por las calles Brasil y Progreso. Mañana una saeta llorará al aire la pena de la cruz con que te cargaron. Mañana regresaremos despacio pisando las calles que la mañana nos brindó estrenando la verdadera primavera. Mañana cuando nos demos cuenta todo habrá pasado. Mañana es Domingo de Ramos.
10 comentarios:
Vaya cosa más bonita y más emotiva miarma...
Vaya escalofrío me entra sólo de pensar que ya está aquí un añito más, y este más temprano que nunca, el Domingo de Ramos.
Que tú y los tuyos tengais una buena estación de penitencía.
Durante este fín de Semana, la sintonía de mi blog, será precisamente esa marcha que citas en tu entrada, "Virgen de la Paz", en homenaje a todos aquellos que abriis a Sevilla las puertas del Domingo de Ramos.
¡Un saludasso miarma!
Precioso, feliz estación de penitencia amigo. Saludos
Por cierto ¿hay algún texto tuyo escrito por tí en la revista Sevilla Cofradiera o me equivoco de persona?
Si eres tú el que lo escribe, felicidades
Oleeeeee!!! Lo mejor que te he leído.
Buena Estación, Vicente.
Muchas gracias por los comentarios.
P.D. La respuesta es correcta Finidi, dos páginas después, si mal no recuerdo, de Enrique (el pregonero del blog).
Precioso y emotivo texto amigo Del Porvenir.
¡¡Qué necesaria es La Paz!!
Te deseo de todo corazón, una Feliz Semana Santa y Feliz Estación de Penitencia.
Un fuerte abrazo.
Mañana desde Colombia echaré de menos no poder estar como todos los años en la esquina de Brasil con Río de la Plata, y como bien dices, recibiendo la Primavera
Disfruta de una feliz Estación de Penitencia.
Estaré esperandola en mi barrio.
Felicidades por tu magnífico texto.
Precioso.
Que categoría!!
Los vellos de punta.
Enhorabuena.
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