El año que viene, si Dios quiere, el 5 de abril, San Vicente Ferrer en el calendario, será Domingo de Ramos... (en la foto están mis hijos con unos amigos, el año que viene espero que esté también la más chica, que es la que falta)
Ahora, cuando los días ya delimitan una distancia con la última Semana Santa, los recuerdos comienzan a diluirse en la memoria que irá amalgamando el tiempo. En ese momento es cuando los recuerdos pasan a conformar la verdadera nostalgia, la imagen intemporal de un Cristo o una Virgen, de un paso en una calle, de una Cruz de Guía que se acerca o de un manto que se aleja. Ya dará igual el tiempo, lirios o claveles, claveles o rosas, bordados o terciopelos lisos. Esa nostalgia no reparará en detalles, sólo en emociones. Mi Domingo de Ramos son emociones, mi Semana Santa son emociones. Nuestra cofradía y nuestra Semana Santa serán emociones. La nostalgia se compone de la emoción de los recuerdos, no cabe la frialdad, no cabe la técnica.
La voz de un niño que, ajeno al calendario, pregunta impaciente -¿cuánto falta para el Domingo de Ramos?- será la misma voz que insistentemente venga a nuestra mente de vez en cuando para recordarnos la inmensidad de los sentimientos que el tiempo nos ha regalado. Con melancolía y con tristeza, eso dice el diccionario; pero con la inmensa dicha de la certeza que nos da saber que con el pasar de los días vendrá esa Semana que conforma y le da sentido a una vida entera, y volveremos a agarrar con todas nuestras fuerzas esa nostalgia de las emociones. La Semana Santa de la nostalgia trasciende la definición académica, porque no es un dicha pérdida, es una dicha reencontrada.
Ahora, cuando los días ya delimitan una distancia con la última Semana Santa, los recuerdos comienzan a diluirse en la memoria que irá amalgamando el tiempo. En ese momento es cuando los recuerdos pasan a conformar la verdadera nostalgia, la imagen intemporal de un Cristo o una Virgen, de un paso en una calle, de una Cruz de Guía que se acerca o de un manto que se aleja. Ya dará igual el tiempo, lirios o claveles, claveles o rosas, bordados o terciopelos lisos. Esa nostalgia no reparará en detalles, sólo en emociones. Mi Domingo de Ramos son emociones, mi Semana Santa son emociones. Nuestra cofradía y nuestra Semana Santa serán emociones. La nostalgia se compone de la emoción de los recuerdos, no cabe la frialdad, no cabe la técnica.
La voz de un niño que, ajeno al calendario, pregunta impaciente -¿cuánto falta para el Domingo de Ramos?- será la misma voz que insistentemente venga a nuestra mente de vez en cuando para recordarnos la inmensidad de los sentimientos que el tiempo nos ha regalado. Con melancolía y con tristeza, eso dice el diccionario; pero con la inmensa dicha de la certeza que nos da saber que con el pasar de los días vendrá esa Semana que conforma y le da sentido a una vida entera, y volveremos a agarrar con todas nuestras fuerzas esa nostalgia de las emociones. La Semana Santa de la nostalgia trasciende la definición académica, porque no es un dicha pérdida, es una dicha reencontrada.
16 comentarios:
Túnicas al trastero, el duro momento de todos los años.
Pero este año, en la larga espera tendremos pronto un momento de gozo con la salida de la Virgen del Prado, titular de nuestra Hermandad, el día 3 de mayo.
Espero que todos hayais gozado de la gloria.
Dispongámonos a soñar con ese cinco de abril, que desde hace unos días será para nosotros el día más esperado.
Pues Viva San Vicente Ferrer.Saludos
¡Viva!
Que cara de alegría y satisfacción
tienen los chicos en la foto.
Claro, son los portadores de la PAZ
y embajadores de su VICTORIA. Ellos
serán el futuro de la Hermandad.
¡Animo para ellos a que sigan así!
Que la familia aumente y la foto
cada vez sea más numerosa.
¡Que ganitas tengo de darte un abrazo en la víspera de tu santo!
¿El sitio? En el que nos vemos todos los años... tú sabes.
Ya queda menos y cada vez menos ....
Cada vez menos amigo. Las vísperas se confundirán con la calor del verano y el frío del otoño.
Te busqué en el río blanco de Paz, pero no te encontré.
Un fuerte abrazo querido amigo.
P.D. La foto: genial.
tocayo que aumente la que falta en la foto, por lo demás dejemos la familia como está que ya está bien je, je.
No te digo más Miguel, y que sea por muchos años, por cierto estuve en San Esteban el martes por la mañana pero "ni te vi ni te oí"
Aguó difícil estaba, entre que yo iba tapado y que no te pongo cara, era como decir huevo con la boca cerrada, pero vamos allí iba en mi último tramo.
Querido reencuentro,
caminando tranquliamente entre la bulla del parque (no te imaginas el poderío avasallador de un cochecito de mellizos) pude coger un sitito en primera fila para que mi niña pidiera caramelos...
y (te) pude hacer unas cuantas fotitos con el móvil (atrás quedó aquel trípode desproporcionado) que gustosamente te enviaré junto a las prometidas de tu chorla ocupando la pantalla completa de sevillatelevisión...
Hoy propongo:
¿Qué os ha pasado u os pasó tal día como hoy?
Besos
Quizás estuviste muy temprano o muy tarde: llegué a las 10,30 y me marche a la 1, poco antes de cerrar la Iglesia, ya que tenía que llegar temprano vestido de nazareno para otras cosas.
Pero ahora que me acuerdo, mi hermano mayor, Toni y yo estuvimos atendiendo a Jaime y al Gori ¿no ibas con ellos?
Efectivamente Miguel, llegué por separado pero coincidí con ellos, estuve con Toni, pero no vi rastro de ti.
Un abrazo y que lo venga sea lo mejor, ya me entiendes
Ansiosos esperaremos ese 5 de Abril pa que la Paz vuelva a inundar las calles de Sevilla.
¡Un saludasso del porvenir!
Una hermosa foto.
Ansiosa estoy de que llegue ese 5 de abril.
¡Vaya cantera! Podemos estar tranquilos.
Y por cierto, ¿cuanto queda para el Domingo de Ramos?
Saludos
Antonio
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