miércoles, junio 10, 2009

¡Ay Señor, Señor!

Fragmento de foto publicada en ABC

Tengo que decir que de entrada la idea no me hizo gracia ninguna, no es por nada es sólo que creo que la iglesia de Sevilla seguro que tiene prioridades más importante que una nueva parroquia emanada de las de San Sebastián, Corpus Christi y Santa Genoveva. Con todos los respetos a quién proceda, me parece una inutilidad absoluta.

Además no está demás poner encima de la mesa que muchos vecinos se han molestado por el hecho, puramente, sentimental de que los cambien de parroquia. Es el caso de los números pares de Felipe II, donde alguno está que brama en arameo. Esta circunstancia puramente administrativa fastidia innecesariamente al personal.

Reconozco que miedo me da pensar la forma en que alguno, y no me refiero al neo-parroco al que no conozco más allá de un hola o adios, quiera dotar de "personalidad propia" a la nueva parroquia; ya veremos que nos depara el tiempo, pero sinceramente habrá cosas más importantes que hacer y aún más en estos tiempos que corren. ¡Ay Señor, Señor!

4 comentarios:

Nicolás Hernández dijo...

Me extraña y no me cuadra el tono usado. Aunque es verdad que en Sevilla si algo disfrutamos es de numerosas iglesias/parroquías aquí hay un nuevo barrio donde antes jugamos al futbol.
recordemos que ¡Doctores tiene la iglesia!.
Un abrazo y enhorabuena por tu gran trabajo.

eres_mi_cruz dijo...

Señor, Señor...
míralo así, delporvenir...
llevará un columbario...
no estará nada mal pasar la eternidad al abrigo de los cimientos de nuestra infancia...
aunque yo preferiría estar más cerca del shimbukandojo...
karatedosotokai...
Señor, Señor...

Anónimo dijo...

De un bético como tu esperaba algún comentario de la importante manifestación de hoy.

del porvenir dijo...

¿Nicolás Hernández?, ¿tu eres mi amigo Nicolás u otro con le mismo nombre?. Bueno crei que no he usado ningún mal tono, sólo mis "dudas", por decirlo de alguna manera, ante esta iniciativa. Y bien dices que allí jugábamos al fútbol, porque allí mismo es donde estaba el campo de la fábrica de gas al que nos saltábamos a jugar y donde un día marqué ¡dos goles olímpìcos desde el corner! Ahí es nada.
Flaserío qué me dices de la puerta del Hollywood, para recordar el toldito rojo...
Anónimo no me provoques..., ¡ea! ya me has provocado.